NO DECIDEN MÁS
- Tatiana Duque
- 20 oct 2016
- 2 Min. de lectura
Ilustración: Cynthia Ferrer. http://cynthia-ilustrando.blogspot.com.ar
Decidieron por nosotras desde siempre. Nos categorizaron: mujer/hembra, madre, esposa, ama de casa, sexo débil. Ustedes: el hombre/macho, el poder y la fuerza material e intelectual dominante. Nosotros: hombre/mujer, opresor/oprimido; el sexo determina un “orden natural” que antecede a cualquier sociedad, a cualquier razonamiento, el “orden natural” que nace de Adán y Eva. Natural, fatal, irreversible; define tu rol en el mundo, en la sociedad, en tu círculo social. Fatal porque es natural, mandato divino. El “orden natural” es el baluarte de los que gobiernan a las mujeres: los hombres.
Decidieron declarar el sufragio universal. Decidieron otorgarnos el derecho al voto. Y lo hicieron, porque comprendimos que no hay categorías de diferencias, hay categorías de oposición y de conflicto. Era necesaria una lucha porque el “orden natural” no existe, porque el sexo, como el género, son construcciones sociales patriarcales. Porque no estábamos “destinadas”, estamos construyendo nuestra propia historia.
Decidieron que debíamos casarnos, tener hijos y quedarnos en el hogar. Lo decidieron porque nos pensaron como seres sexuales y no como seres sociales, y entonces nos unimos porque no somos ciudadanas de segunda clase; luchamos por una igualdad en términos de derecho de propiedad, capacidad de obrar y derechos políticos. Es una lucha que continúa cuando les tenemos que pedir permiso para participar en las políticas públicas, para que se nos incluya en un Acuerdo de paz, para decidir sobre nuestros cuerpos, nuestros pensamientos y nuestras posiciones.
La lucha sigue. Porque deciden a qué puestos laborales podemos aspirar y a cuáles no; porque deciden cuánto pagarnos y cómo pagarnos. Nos agreden, nos acosan, nos disminuyen, nos oprimen; ese es el “orden natural” de las cosas, finalmente, somos el “sexo débil”. Sus pensamientos opresores se están quedando sin cimientos. Su cultura patriarcal es inmensa pero tiene pies de barro y se está hundiendo.
La lucha sigue y no desfallecemos, porque deciden sobre nuestras vidas; nos golpean, nos violentan, nos asesinan. Y les tuvimos que pedir permiso para que reconocieran que moríamos por ser mujeres. Pero, sepan, estamos destruyendo los sexos y los géneros como realidades sociológicas. Estamos existiendo.
La lucha sigue, no desfallecemos, nuestra fuerza es infinita. Ustedes ya no deciden más.
Publicada el 20 de octubre de 2016
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